Es necesario saber qué es físicamente
el sonido para entender los procesos acústicos.
El sonido es una vibración mecánica de las
partículas del aire, que en contacto con el
tímpano, se transmite al oído. A través del oído interno y el nervio
auditivo, el cerebro interpreta estas
vibraciones. Lo que el cerebro interpreta es lo que
oímos.
La vibración de una partícula significa que esta se
mueve en las proximidades de su posición original y pasada la
vibración volverá a su posición original. Una vibración es (por ejemplo) lo que ocurre en la superficie de agua
en reposo, si se arroja una piedra: esta crea una vibración que avanza y hace que las
partículas de la superficie suban y bajen, pero pasada la onda,
las partículas siguen donde estaban.
La diferencia con el ejemplo del agua, es que en el
aire los movimientos de las partículas son longitudinales, en la
dirección de avance del sonido. Si tenemos una superficie que vibra,
como puede ser el cono de un altavoz, la vibración se transmite a
las partículas de aire que están en contacto con la superficie,
empujándolas hacia adelante y hacia atrás, éstas a su vez empujan a las siguientes y cuando las
primeras se retraen (se vuelven hacia atrás) las segundas también y
así se va propagando la onda por aire.
Infrasonido Sonido Ultrasonido
Tomando la definición de sonido, como aquello que el
oído humano es capaz de percibir, habría que limitarlo a las
vibraciones de frecuencias comprendidas entre 20 y 20.000 Hz
(Hertzios = ciclos completos en un segundo). De este modo se
llamarían infrasonidos a las vibraciones cuya frecuencia fuese menor
de 20 Hz y ultrasonidos a las que oscilan por encima de los 20 KHz (kilo hertzios).
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